Nuestro país y nuestra cultura no son un museo, pero sí pueden ser una vitrina. “La cultura viva es un elemento consustancial con el peruano”, dice Diana Tamashiro, directora nacional de Cenfotur. De hecho, una de las mayores riquezas que posee el Perú es eso: la cultura, que se manifiesta en cada actividad de sus habitantes. “Somos un país donde las cosas laten y la sangre corre”, continúa la especialista.
El Perú es un encuentro entre lo antiguo y lo moderno, un
lugar donde conviven el pasado y el presente. Y si le suena complicado, pues
alégrese porque no lo es, la complejidad de la cultura peruana basa su encanto
y originalidad en lo fácil que es entenderla. Venga y compruébelo.
El sello distintivo del Perú es su cultura viva y usted no
se lo puede perder. Ya sea participando en rituales antiquísimos como el pago a
la tierra, dando una mano en las faenas agrícolas, formando parte de las
comparsas en las fiestas, cabalgando sobre un caballo de paso o aprendiendo a
bailar algún ritmo afro peruano o andino, déjese llevar, porque se va a sentir
mejor que en casa. Por eso, el turismo vivencial resulta la mejor opción para
gozar de la hospitalidad y el cariño de la gente de un país donde habita la
amistad y el calor humano.
En el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, un
pueblo entero flota en el agua. Cientos de años atrás los Uros crearon islas
flotantes - hechas de totora - apilando una caña tras otra, hasta crear una
plataforma estable. Ellos vivían en estas islas mientras navegaban por el lago
para pescar o cazar para alimentarse. Aún hoy se pueden ver a los Uros,
viviendo como si hubieran flotado a través del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario